Cuando en la relación sexual se va directo al grano, es decir, no tenemos ningún tipo de preámbulo que nos introduzca al sexo y sólo interesa la utilización de técnicas sexuales exclusivamente genitales, nos perdemos la magia de los juegos, dejamos a un lado nuestra capacidad de crear, emocionarnos y dialogar. No tener preámbulos sexuales es como entrar en un laberinto aburrido, monótono, escaso de estímulos que nos hace sentirnos infelices e insatisfechos con nuestra sexualidad. Usualmente, olvidamos los preámbulos por...
• Pereza a modificar aspectos de la relación sexual que a la larga se vuelven aburridos.
• Llevar una vida estresada y llena de preocupaciones que nos impiden hacer de las relaciones sexuales un arte.
• Estar más pendientes del tiempo que de la calidad en el sexo.
• Pensar que ya han agotado el repertorio de juegos e ideas creativas para sentir placer en la intimidad.
• Bloquear la capacidad de crear fantasías sexuales con la pareja.
• Ideas equivocadas acerca del preámbulo sexual, por ejemplo, pensar que porque tiene cierta edad (por lo general lo piensan las mayores de 40) no es deseable y seductora, o pensar que los juegos de seducción no son para una pareja que lleva 20 años de casada.
Las consecuencias de saltarse el preámbulo aparecen a largo plazo. Al principio no nos damos cuenta que estamos descuidando aspectos importantes de la actividad sexual. Pero con el paso del tiempo salen a la luz y es cuando comenzamos a preocuparnos porque aparecen complicaciones como experimentar mayor dificultad para desear tener sexo (disminución del deseo sexual). Vamos teniendo más problemas para abandonarnos a las sensaciones corporales sin poder llegar a excitarnos lo suficiente (problemas con el orgasmo en la mujer, problemas de erección en el hombre y eyaculación precoz).
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